Las ciclovías no son para ti
Los gobiernos estatales y locales en los últimos años han intentado tomar acciones para incluir a las personas que andamos en bicicleta (PEB).
Entre otras:
- Sistemas de bici pública (como Huizi en Toluca, Ecobici en lo que solía ser el DF, Mi Bici en Guadalajara, etcétera)1 .
- Biciescuelas para enseñar a más personas a andar en bici (ojalá tuvieran un componente práctico con el tráfico).
- Ciclovías, o según el RTDF “carril confinado exclusivo para la circulación ciclista físicamente segregado del tránsito automotor”.
Estas últimas son motivo de amor y odio entre las PEBs. Y si las odias, es probable que las ciclovías no estén hechas pensando principalmente en ti, apreciable lector(a).
Entonces ¿para quién sí? ¿Por qué seguir haciéndolas? veamos:
Los procesos de transformación toman tiempo, sobre todo si tienen que ver con la conducta y lo público. Por múltiples razones nos urge aprender a compartir y usar mejor el espacio. En lo que eso sucede, la segregación física —eso hace una ciclovía confinada, separa—. Idealmente son medidas temporales2 . Y en específico están hechas para abrirle espacio a las PEBs, principalmente a quienes son más vulnerables niñ@s, madres embarazadas, personas de la tercera edad, y —ya que creo en compartir el espacio y que los beneficios del ciclista los debe poder aprovechar cualquier persona excepto motorizados—, me atrevo a decir que hasta para personas que utilizan sillas de ruedas —aunque quizás con este espíritu incluyente y accesible tal vez antes deberíamos asegurarnos de tener banquetas prístinas y accesibles en todo el mundo, si no antes, por lo menos a la vez de construir carriles para ciclistas—.
Hay muchas maneras de transformar esa manera de pensar, y una de ellas es con límites claros. En conjunto, la intención de estas implementaciones es cambiar la mentalidad de la ciudadanía de que las calles son para los coches. No es así. Las calles han sido prioritariamente para coches y carruajes los últimos 150 años3 , y tenemos calles desde la Edad de Bronce, al menos hace 5000 años. Pensar así nos tiene con la contaminación y las muertes por atropellamiento en los primeros lugares del mundo.
Apreciable PEB con experiencia, lamento reafirmarte lo que ya sientes: las ciclovías no son principalmente para ti que ya sabes moverte con seguridad por las calles de la ciudad, son para que otras personas puedan acercarse a la bici como medio de transporte. Y también para que en las arterias congestionadas de la ciudad pueda garantizársele a las PEBs un espacio libre para transitar. Para eso necesitamos una buena red de ciclovías. Espero pronto podamos verlas interconectadas para que más personas se beneficien con ellas. Y espero un día vernos demoliéndolas cuando ya no sean necesarias, cuando hayamos integrado el concepto de que las calles son para las personas, para la convivencia, no sólo para ir del punto A al punto B lo más rápido posible, y por encima de cualquier cosa que pueda obstaculizarnos.
Por Patricio M. Ruíz Abrín
México
Publicado en edición 46 de Cycle City